¿Tiene sentido educar a un niño dentro de unos principios y valores que sus mayores no cumplen? ¿Es coherente formar a los jóvenes en códigos de tolerancia, respeto por la diferencia, solidaridad o cooperación cuando el mundo en que viven no los practica? ¿Con que cara le enseñó a un adolescente que el perdón es sanador y repara cuando lo que observa a diario es el sabor de la venganza? ¿Para qué gastamos presupuestos enormes en cursos, maestros, conocimientos, si todo queda arrojado al tarro de basura cuando se confronta la vida?

Creo que como nunca la guerra de Israel y Palestina ha retratado la estupidez de la educación. ¿Para que nos desgastamos educando para un mundo que no existe y según parece nunca existirá? No creo que podemos seguir siendo tan cínicos y desvergonzados dando cátedra de respeto y empatía cuando ni siquiera nos da vergüenza las incoherencias en las que vivimos. ¿Quién se atreve hoy a hablar de perdón? ¿Quién es el imbécil que puede planear un curso para “enseñar” convivencia? ¿Qué padre o madre de familia se atreve a regañar a su hijo porque reacciona con rabia ante la actitud de su hermano o no resiste que en el colegio le hagan una crítica? Estamos muy cerca de que esta juventud nos desafíe imprecando “con que derecho reprochas mi actitud cuando tu apoyas experiencias de maltrato y abuso en otros países”. ¿Cómo explicarle a un niño cuál es el valor de la vida? ¿Cómo justificar que hay bombardeos buenos y bombardeos malos?

Sí, el problema mas grave no es lo que ha sucedido sino lo que pasara de aquí en adelante porque el fracaso absoluto de esta sociedad está a la vista. Y es en ese terreno donde se deben formar los nuevos individuos para un lugar que no existe. ¿Cómo interpretan el mundo de sus mayores? ¿En qué creen? ¿A quién le creen? ¿Qué van a acatar y respetar en sus vidas? ¿No existe en la condición humana un aspecto, uno solo al menos, donde podamos darnos la mano e intentar caminar solidarios? ¿No hay nada en que nos podamos poner de acuerdo? ¿Seremos capaces alguna vez de mirarnos a nosotros mismos a través del otro? ¿Podremos aceptar que el otro es mi espejo? ¿Conozco lo que es una proyección en el comportamiento?

La tarea en educación es desproporcionada porque crear confianza y coherencia parece imposible. Los guerreros no son solo los que están en el campo de batalla. En cada corazón humano se gesta otra guerra de preguntas sin respuesta, de decisiones imposibles, de eximir a un lado y señalar al otro o viceversa. La confusión en el criterio es absoluto cuando el fanatismo de las ideologías lo contamina. ¿A quién creerle? Hoy como nunca, se debe aceptar la relatividad de la verdad. La crisis de la sociedad es total porque entre Israel y Palestina no se lleva a cabo una disputa territorial sino la prueba de la degradación de lo humano, evaluando la dimensión de la ambición, el poder, la venganza y sí, tengo que decirlo, del patriarcado que creen que matan para defender a sus mujeres y niños y no por un impulso loco de ego y prepotencia. Hoy la guerra entre Israel y Palestina e una fotografía lamentable de la llamada civilización donde la venganza manda la parada. Aquí no hay ideología, ni historia: aquí lo que hay es pura y básica retaliación y venganza. Cuentas de cobro sin fecha de caducidad…

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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